En la angustia de la noche,
sus brazos negros me amarraban
la desesperación anidaba en mi pecho,
la oscuridad me alcanzaba;
y mil preguntas en mi mente
hacían su campaña
¿Cómo cambiar el destino?
¿Cómo evitar el dolor?
¿Cómo escapar de la muerte?
¿Cómo ganar esta batalla?
La luz de la luna tocaba mi almohada,
una caricia de plata en mi mejilla,
y un Ángel junto a mi cama,
sonriendo con dulzura
me dijo estas palabras...
Abre tus brazos al destino,
llena tu alma de esperanzas.
Te fe, ten confianza;
y un último consejo,
antes de irse, susurraba
Deja a Dios ser Dios,
mi querida, mi amada
sus brazos negros me amarraban
la desesperación anidaba en mi pecho,
la oscuridad me alcanzaba;
y mil preguntas en mi mente
hacían su campaña
¿Cómo cambiar el destino?
¿Cómo evitar el dolor?
¿Cómo escapar de la muerte?
¿Cómo ganar esta batalla?
La luz de la luna tocaba mi almohada,
una caricia de plata en mi mejilla,
y un Ángel junto a mi cama,
sonriendo con dulzura
me dijo estas palabras...
Abre tus brazos al destino,
llena tu alma de esperanzas.
Te fe, ten confianza;
y un último consejo,
antes de irse, susurraba
Deja a Dios ser Dios,
mi querida, mi amada
El poema pertenece a una muy querida amiga, que me permitió compatirlo con ustedes.
Besos...