el sello
de tu mano.
El resultado,
una obra
por todas
envidiada.
Mi piel,
suelo del sol
más dorado.
Mis cabellos,
roja gama
de sus rayos.
Mi carne,
pan que se vende
a diario.
Mi sangre,
combustible
de todas
las aldeas.
Y si es defecto,
virtud
de tu mano:
mi corazón, corazón de piedra.
MAY ANGELICA