En el hondo aliento
de las noctambulas aves,
la vida se dibuja en las nubes,
aquellas que habitan
en las manos del tiempo.
Donde la soledad
es el canto del amor
que se refugia…
en los páramos del silencio.
En las hondas huellas
que ha dejado lo pasado,
mi destino va navegando
en las alas de inhóspitos paisajes,
aquellos que son dibujados
con la fragilidad de mi vida.