MI AMIGO, EL RÍO
Soy la rama, reseca y casi quebradiza,
que busca abrigo
en tu extendido abrazo.
De las piedras y la maraña
me descuelgan
tus manos sonoras
hacia el tiempo
en tu regazo,
lejos de la suicida historia.
Entre golpe y golpe
me aproximo,
y en las noches
tu murmullo de seda
me ilumina.
Bálsamo de pieles sediento,
indescifrado silencio
del remanso
que me arrulla.
Eres la sangre de un dios
que aún no conozco,
a veces cristalina,
a veces turbia por su enojo.
Cuando la vida se rebela
a la esclavitud del cuerpo,
apareces tú, con tu azul cayado,
conciliando a los amigos,
como ese dios reuniendo
la majestad
de su desbordado imperio.
Amigo infatigable, de muchas manos.
Encanto vulnerable,
mujer
desnuda en su lecho.
A veces mujer transparente.
A veces...
cascada de ébano como la impaciente noche.
By Carlito el cavernícola
Soy la rama, reseca y casi quebradiza,
que busca abrigo
en tu extendido abrazo.
De las piedras y la maraña
me descuelgan
tus manos sonoras
hacia el tiempo
en tu regazo,
lejos de la suicida historia.
Entre golpe y golpe
me aproximo,
y en las noches
tu murmullo de seda
me ilumina.
Bálsamo de pieles sediento,
indescifrado silencio
del remanso
que me arrulla.
Eres la sangre de un dios
que aún no conozco,
a veces cristalina,
a veces turbia por su enojo.
Cuando la vida se rebela
a la esclavitud del cuerpo,
apareces tú, con tu azul cayado,
conciliando a los amigos,
como ese dios reuniendo
la majestad
de su desbordado imperio.
Amigo infatigable, de muchas manos.
Encanto vulnerable,
mujer
desnuda en su lecho.
A veces mujer transparente.
A veces...
cascada de ébano como la impaciente noche.
By Carlito el cavernícola