Si miras al suelo,
hay charcos en el asfalto
infinitamente profundos
donde se sumergen
cientos de ojos cansados,
hay un tiempo sin aire
que duerme en callejones
sin salida,
atrapando miserias
y soledades,
entre densas nubes radioactivas,
un inframundo
al que se llega sin barquero,
donde los fantasmas
son de carne y hueso
y deambulan ignorados,
más que los propios muertos.
hay charcos en el asfalto
infinitamente profundos
donde se sumergen
cientos de ojos cansados,
hay un tiempo sin aire
que duerme en callejones
sin salida,
atrapando miserias
y soledades,
entre densas nubes radioactivas,
un inframundo
al que se llega sin barquero,
donde los fantasmas
son de carne y hueso
y deambulan ignorados,
más que los propios muertos.