… Y se me llevaron a la cárcel, lo cual no es un abuso, es una cordillera de abusos. Aunque Nepal no es USA y quizás he visto demasiadas películas. Parece mentira como el cine puede influir en uno mismo a la hora de afrontar hechos reales de toda índole.
La cárcel resultó ser un enorme edificio compuesto de grandes naves, la mayoría sin ventanas, que a simple vista parecía abandonado; no solo porque no se veía un alma, además todas las paredes estaban ajadas y corrompidas por la humedad de los siglos.
Al entrar me hicieron dejar todo lo que llevaba encima en una cajita de plástico del tipo de esas que se usan en los aeropuertos para escanear tus cosas. También tuve que dejar mi ropa, salvo los calzoncillos, y eso tampoco pasa en las películas.
Luego me hicieron duchar acompañado de dos impertérritos guardias que al acabar me obligaron a curvar hacia adelante para investigarme el ano (eso si pasa en el cine). Pero es una experiencia satisfactoria: Tener el culo en la cara de un policía observando tu ano con una pila y una escobita tiene su morbo.
Entonces me acompañaron a una especie de oficina donde me esperaban dos elementos de la embajada española que sudando como cerdos reflejaban todas las prisas imaginables para acabar lo antes posible y regresar a sus despachos con aire acondicionado...
La cárcel resultó ser un enorme edificio compuesto de grandes naves, la mayoría sin ventanas, que a simple vista parecía abandonado; no solo porque no se veía un alma, además todas las paredes estaban ajadas y corrompidas por la humedad de los siglos.
Al entrar me hicieron dejar todo lo que llevaba encima en una cajita de plástico del tipo de esas que se usan en los aeropuertos para escanear tus cosas. También tuve que dejar mi ropa, salvo los calzoncillos, y eso tampoco pasa en las películas.
Luego me hicieron duchar acompañado de dos impertérritos guardias que al acabar me obligaron a curvar hacia adelante para investigarme el ano (eso si pasa en el cine). Pero es una experiencia satisfactoria: Tener el culo en la cara de un policía observando tu ano con una pila y una escobita tiene su morbo.
Entonces me acompañaron a una especie de oficina donde me esperaban dos elementos de la embajada española que sudando como cerdos reflejaban todas las prisas imaginables para acabar lo antes posible y regresar a sus despachos con aire acondicionado...