¿por qué me dueles tanto?
me invitas a respirar la tersura
y no me atrevo siquiera verte a los ojos,
Plagiados desencuentros mutantes en honra a tu elixir
hacen enfrentarme cada día a tu mirada,
y no puedo ya decir, sigue siendo como antes.
Pasan los días y desde siempre es el de siempre, el de aquella vez,
y noto que en algo he cambiado.
¿Tan aguda es mi sensatez o es mi alma delirante?
Quise verte directo a los ojos en suplicios sangrantes,
mientras firme, decías con ternura, -Así no es-
La confusión me atropellaba al ritmo del reloj,
y junto al tiempo me vi viejo,
mientras aguardas con paciencia,
una muestra de valor que no pueda reflejarse.