cabalga zar,
estos pedregales son tuyos.
las mujeres,
el sudor de sus cavidades,
cada estambre.
los ocasos y muchedumbres,
aquella caridad nunca brindada.
tuyo es el juez fulminante,
la sangre atesorada,
los corderos.
tuyas todas las muertes.
y tus desiertos...
tuyos son.
estos pedregales son tuyos.
las mujeres,
el sudor de sus cavidades,
cada estambre.
los ocasos y muchedumbres,
aquella caridad nunca brindada.
tuyo es el juez fulminante,
la sangre atesorada,
los corderos.
tuyas todas las muertes.
y tus desiertos...
tuyos son.