por Invitado Lun Abr 28, 2008 7:17 pm
Bien. Millones de personas padecen de hambre y se estima que más de 30 millones se agregarán a esta condición próximamente (hablo de menos de 10 años). EE.UU., en una medida inédita raciona el arroz, cosa que ni en sus mayores crisis hizo antes (guerras, depresión, etc.), porque hay escasez de alimentos a nivel mundial. En mi país, hace algunos meses desapareció un lago de un día para otro, hace unas semanas otro lago austral de millones de litros de agua se vació en menos de 12 horas, por el derretimiento de la parte inferior de los hielos que lo contenían. Hace unos días, desapareció una hermosa cascada sin más ni más. Un bloque antártico del porte de un país pequeño pende de un hilo y está próximo a desprenderse. Los que pronosticaban notoriedad en los próximos 20 o 50 años en cuanto al cambio climático, comienzan a darse cuenta que esto puede ser mucho más dramático y acelerado. Los plazos más optimistas al respecto son simplemente ridículos. Pero bueno, eso es otro tema.
Me pregunto si para quienes creen en él, el destino es un elemento externo que condiciona al ser, es un evento interno, o bien una mezcla de ambos (¿Me das tu opinión?). En los dos últimos casos, éste condiciona al ser y afecta de manera perentoria los sentimientos, sensaciones, sueños y deseos. Si es externo, en cambio, a lo más condiciona las necesidades básicas, en cuyo caso se explica o mejor dicho, se entiende como parte de él, por ejemplo, lo de las hambrunas.
Lamentablemente, por mi naturaleza quizá crítica, no puedo aceptar su existencia, porque me genera una serie de dificultades con mis visiones personales, respecto de muchas cosas.
Así, si el destino existe, queda sin efecto la diferencia entre el bien y el mal. Entonces la distinción da igual, pues todo está condicionado a que deberá suceder sí o sí, sea bueno o sea malo, por lo tanto ontológicamente hablando ambas situaciones se desdibujan, perdiendo sentido toda teoría sobre la moralidad ¿para qué reparar en ella, si todo lo que suceda ya está predestinado a ocurrir? Entonces, fijarnos normas morales es ridículo, porque el mal no existe. No puedes culpar a nadie de sus actos, ni hacerlo responsable, pues estaba destinado a que realizara tal o cual acto inmoral o ilícito. Culpar al destino, en ese caso, será lo mismo que culpar al demonio. Una vía impresentable de expiación.
Si el destino existe, no existe entonces el tiempo; lo que sucederá ya está escrito, por lo tanto, es pasado y el pasado expiró. Nada podría ser modificado, ni intervenido, de ninguna manera.
Me pregunto: Si el destino existe, entonces ¿Hay movimiento? ¿Hay acto? Mi impresión es que no.
No importa donde me quede, las cosas sucederán igual, haga o no algo al respecto. Estoy en una especie de limbo, sin opción, sin capacidad de reacción, ni de decisión, no podré moverme un ápice de mi camino ya trazado. En definitiva, carezco absolutamente de libertad.
Esa sensación de amoralidad, atemporalidad e inamovilidad, me provoca asfixia física y mental. ¿De qué sirve vivir entonces? ¿Vale la pena los sacrificios en pos de otros? Los afectos y desafectos, no me empecen, ni me afectan porque serán lo que tengan que ser y nada más.
¿Sabes? Reconocer que el destino existe, es declarar que una fuerza superior guía tu vida, incluso si no la aceptas ¿Qué no es eso determinismo? ¿Qué no es eso creer en Dios?
Fíjate que en eso ambos somos personas contradictorias, tú aceptas el determinismo al adscribir la teoría del destino y, sin embargo, te declaras no creyente. En cambio yo, me declaro creyente y, no obstante, reniego del determinismo ¿Qué tal pascual? [/size]