(Recomiendo ver Soledumbre, de Omar Requena, en "favoritos")
SOLEDUMBRE II
A ti, lejano visitante.
Ese gusto de vivir detrás de ti
fue el que me acercó a mirarte;
por ver detrás de la ventana
por curiosidad, que así le dicen,
y soledumbre, claro.
Que no hayamos dicho nunca
la otra palabra en lugar
del abrazo compartido, es
también cierto.
Me fascinaba la forma
en que te enredabas
en mis pechos
cuando me llamabas libélula.
Porque estaba contigo y
el tiempo no daba pausa;
se iba, para siempre, de mis manos
como el agua en la clepsidra.
Agos- 2008
SOLEDUMBRE II
A ti, lejano visitante.
Ese gusto de vivir detrás de ti
fue el que me acercó a mirarte;
por ver detrás de la ventana
por curiosidad, que así le dicen,
y soledumbre, claro.
Que no hayamos dicho nunca
la otra palabra en lugar
del abrazo compartido, es
también cierto.
Me fascinaba la forma
en que te enredabas
en mis pechos
cuando me llamabas libélula.
Porque estaba contigo y
el tiempo no daba pausa;
se iba, para siempre, de mis manos
como el agua en la clepsidra.
Agos- 2008