Si puede hacerse más extraño porque lo son de por sí. Ya que el lunes marcho, de nuevo, a clases, huracán mediante --por ahí anda de verdad--, en honor a lo que ansío retornar, otros tiempos cuando me era más grata la estancia en mi mal lograda uni, les pongo a consideración ésto que se inspiró en la lectura de un cuento de Conrad y su traducción (está en chino, créanlo).
Lo elegí a él porque aprendió la lengua a la misma edad que mis chamacos pero lo curioso fue que después del rollo motivador del umbral, lo empezamos a trabajar justo a la hora en el que el autor coloca a su personaje y vivimos con él y su narrador la misma luz y el mismísimo paisaje. Ese día sólo lo leímos y traducimos a lo sumo dos párrafos pero la sensación fue mágica porque conforme avanzábamos todos nos fuimos transformando:
Travesía
(en clase, entre un cuento de Conrad y El Mogote)
Al borde yo, sutileza, tormenta
a punto de desencadenarse:
tintineo en el aire, tremor,
breve aleteo en el aliento,
rocío sobre el verdor.
Ojo activo mana a tiempo destello.
Fuego fatuo que ala se prende vuelo
sobre la inmensidad de la luna
(de sus ciclos, ni un rumor)
y se extravía hervor, celaje bulle sombra.
Súbita cresta fulgor se contempla inocente
arenisca entre tantas otras briznas a la luz
profunda del espejo marino. Aún así, persisto
cauce naranja, balsa difuminándose
revuelta, día tras día.
Por talismán, un sol declinante.
Lo elegí a él porque aprendió la lengua a la misma edad que mis chamacos pero lo curioso fue que después del rollo motivador del umbral, lo empezamos a trabajar justo a la hora en el que el autor coloca a su personaje y vivimos con él y su narrador la misma luz y el mismísimo paisaje. Ese día sólo lo leímos y traducimos a lo sumo dos párrafos pero la sensación fue mágica porque conforme avanzábamos todos nos fuimos transformando:
Travesía
(en clase, entre un cuento de Conrad y El Mogote)
“Se nos sube a la cabeza la espuma de una tristeza crepuscular…”
Joaquín Sabina
Al borde yo, sutileza, tormenta
a punto de desencadenarse:
tintineo en el aire, tremor,
breve aleteo en el aliento,
rocío sobre el verdor.
Ojo activo mana a tiempo destello.
Fuego fatuo que ala se prende vuelo
sobre la inmensidad de la luna
(de sus ciclos, ni un rumor)
y se extravía hervor, celaje bulle sombra.
Súbita cresta fulgor se contempla inocente
arenisca entre tantas otras briznas a la luz
profunda del espejo marino. Aún así, persisto
cauce naranja, balsa difuminándose
revuelta, día tras día.
Por talismán, un sol declinante.