Dócilmente
capturados de la mano
los necesitados caminan
abrazados
a su inevitable compromiso de incumplimientos.
Alargando su sombra a cada paso,
emitiendo no voz,
no fuera la muerte a despertarse
o por azar un eco…
Y todo se dijo ya
tantas veces.
Son ellos:
¡Los culpables de desamor!
Héroes del miedo.
Miradlos bien…
Tan reales como nuestros maltratados sueños de arrumacos y caricias.
Desnudos y hermosos
para decir nada se yerguen
avergonzados, marchando,
en círculo… Regresando
al conjuro del que provienen.
Ángeles sin sol,
tanta luz…
¿Por qué tenéis los ojos tristes?
capturados de la mano
los necesitados caminan
abrazados
a su inevitable compromiso de incumplimientos.
Alargando su sombra a cada paso,
emitiendo no voz,
no fuera la muerte a despertarse
o por azar un eco…
Y todo se dijo ya
tantas veces.
Son ellos:
¡Los culpables de desamor!
Héroes del miedo.
Miradlos bien…
Tan reales como nuestros maltratados sueños de arrumacos y caricias.
Desnudos y hermosos
para decir nada se yerguen
avergonzados, marchando,
en círculo… Regresando
al conjuro del que provienen.
Ángeles sin sol,
tanta luz…
¿Por qué tenéis los ojos tristes?