poco a poco
rasgó la oscuridad que llenaba todos
-y cada uno-
de los recovecos de esa habitación,
que de alguna manera
acostumbraba estar
plena de luz
y limpia del polvo claroscuro.
Y en susurros suaves
fue colocando
cada cosa en su lugar
cuidadosamente
-sin precipitación-
como cuidando discreta
que no se notasen las hendiduras y grietas,
claro vestigio de las afrentas,
que terminaron roñosas dejando
poco
o nada mas
que silencio.
Batióse las alas de hierro forjado,
-como quien quiere desoxidar las bisagras de bronce lustroso-
que a los ojos del observador mas audaz
podían lucir carentes de magia y fortaleza,
desplegó la capa color purpura almidonada
y haciendo gala de una capacidad histriónica incalculada,
vistióse de valor
asumiendo
cada una de sus caídas
-de las que pensó que jamás se recuperaría-
Y ya erguida,
se pavoneo ante los ojos elocuentes
y los susurros silentes
-de esos-
observadores cautivos
que anonadados especulaban
-creer-
que había salido victorioso
el ángel del desierto
que permanecía escondido.
Cuando en realidad
se libra una sola y cruel batalla
- la interna -
esa que no permite decir
la situación privilegiada
de cada pieza
porque las cosas
[son]
en este tablero inmenso de ajedrez.
Emergen silenciosos
todos los gigantes
-trasnochados-
que agazapados
en lo mas profundo de la estepa clandestina
esperan la oportunidad que les brindará
la noche oscura
para asestar el golpe
tramado
planificado
y magistralmente
-ejecutado-
Pero
¿Qué son esos silenciosos aullidos
que se desgarran de los desvaríos
de esos pequeños gnomos imaginarios
que se destrozan argumentando conocer
la razón y el por qué?
Cada ave
plañidera de mensajes
lleva en su pecho labrado
el último destino de su viaje por el tiempo,
no habrá nunca
-jamás-
disposición que cambie los deberes
-reales e irreales-
de quienes han sido llamados
en ese su propio
lugar.
Y nuevamente,
se correrá la cortina claroscura
que enfriaba la cálidez permanente
y sutil de la habitación dorada,
brillarán
las multiples posibilidades de resoluciones equatoriales,
habiendo culminado ese circulo perpétuo
que en el léxico común es llamado
-crisis-
pero que ha sido en realidad
Terremoto
erupción
alud y
tsunami
que arrasaron con todo
mientras en silencio se libran batallas profundas
[reales]
Empieza a mostarse la luz que tímida invade cada uno de los resquicios, susurrante, suave, con ese aroma a paz que tanto se había esperado.
Y se produce
poco a poco,
sin grandes elocuencias,
en silencio.
(destierro)