Según la literatura hebrea, Lilith fue la primera esposa de Adán. Era hermosa y libre, hasta el punto de que se quejó de tener sexo con Adán siempre debajo: "Fuimos creados iguales, y debemos hacerlo en posiciones iguales". Cansada de que Dios no atendiera sus reivindicaciones, se fue del Paraíso.
A partir de esta narración, a Lilith se le ha considerado la reina de los súcubos (demonios femeninos), por alinearse en el bando enemigo de Dios al marcharse del Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla una perversa ninfómana, que seduce a los hombres con maestría para estrangularlos después y beber de su sangre.
También se le acusa de ser la causa de muerte de los recién nacidos en sus primeros diez días de vida, esto a causa de que jurara dar muerte a los hijos de Adán en venganza por la muerte de sus propios hijos demonios por parte de Dios, al negarse a volver al paraíso y someterse.
A partir de esta narración, a Lilith se le ha considerado la reina de los súcubos (demonios femeninos), por alinearse en el bando enemigo de Dios al marcharse del Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla una perversa ninfómana, que seduce a los hombres con maestría para estrangularlos después y beber de su sangre.
También se le acusa de ser la causa de muerte de los recién nacidos en sus primeros diez días de vida, esto a causa de que jurara dar muerte a los hijos de Adán en venganza por la muerte de sus propios hijos demonios por parte de Dios, al negarse a volver al paraíso y someterse.