Juan sale del frío de su casa al frío de la calle, ya ni tirita, no tiene grasa para quemar, y ese agudo dolor en el pecho le quita lo poco que entra a su estómago: aire. Así comienza la odisea de todos los días, desde hace meses: encontrar trabajo, una changa, algo. Como un espectro encorvado que se confunde con su sombra avanza fatigoso hasta el diario donde le regalan el suplemento laboral, deteniéndose ante cada salida de calefactor para calentar las manos entumecidas.
¡Cuán gruesa puede llegar a convertirse una pared medianera de realidades! Se acerca a un grupo que rodea un mate - ya no somos tantos -piensa. Cuántos se han quedado sin monedas, fuerzas, esperanzas... Le dan un mate, media galleta y un dato: en la fábrica Desechos Tóxicos Autorizados SA, filial Argentina, solicitan un changador con conocimientos de contabilidad e inglés básico, que sea argentino flexibilizado. Es decir que acepte trabajar 14,16 hs. diarias sin cobrar horas extra, mitad en negro, mitad en negro, 10$ por día y un litro de leche. No médico, no convenio laboral, no seguridad industrial, no horas extra,no, no, no. Qué curioso, a los explotadores de ayer, hoy les llaman inversores...
Presentarse de 8 a 11. Ver al.Sr. Currando
Llovizna, bajo el agua, medio caminando, medio en la sensibilidad de un colectivero, escala la ciudad-montaña. Parte de su suburbio pobre y a medida que avanza, la pobreza va quedando atrás, hasta que en un punto determinado del plano edilicio social vuelve a encontrar esa pobreza que avanza, o retrocede, quién sabe. Los autos son reemplazados por famélicos caballos, las macetas son reemplazadas por montañas de basura, los jardines por baldíos, los bancos por fábricas cerradas y los trajes por harapos.
Ahí adelante está la posibilidad de volver a comer, de comprar un poco de querosene, la posibilidad de volver a parecer una persona. Otra vez el dolor en el pecho.- El Señor Currando llegará a la una- El portón se cierra con su ruido metálico. Sigue el frío, la lluvia, el dolor. Sus necesidades deben esperar un poco más.
Algunos postulantes se ponen debajo de los árboles sin hojas, quemadas por el humo tóxico de la chimenea, otros se cubren la cabeza con el saco, otros saltan, agitan los brazos para entrar en calor. Muchos se van. El no puede, el dolor no lo deja. Las 8.30, las 9.15, 10 menos 10, las 11, se acurruca en el suelo y dormita. Le patean el pie, - vamos, son la una - ¡ La una !. Quedan sólo cuatro. - Lo lamento, el Sr. Currando se va a demorar un poco, calculo que hasta las tres -
El cielo se encapota, corre más fuerte el viento, otra vez a postergar la esperanza. Dos se van. El y el otro vuelven al paredón de enfrente de la fábrica. Juan tose...siente los brazos dormidos. Son las 2 y 17.- No puedo más, me vuelvo a mi casa, mangando algo que darle de comer a mis hijos, suerte que vos sos solo, el puesto es tuyo - dice el otro. Juan hace una mueca que intenta ser sonrisa. Las 3. Con un andar vacilante va hacia el portón - No, todavía no llegó - Con un hilo de voz pregunta: -¿ vendrá ?, - -En cualquier momento, yo le aviso -
Tose y tose, le duele el pecho, empieza a oscurecer, el viento barre hojas, papeles y sueños. Es de noche. El Sr. Currando se lamenta por tener que gastar en otro aviso. La calle de la fábrica está vacía, sólo queda el cuerpo acurrucado y sin vida de Juan. Que pase el que sigue.
PD. La frase de hoy es " Lloramos al nacer por tener que entrar a este gran escenario de locos. "
W. Shakespeare
¡Cuán gruesa puede llegar a convertirse una pared medianera de realidades! Se acerca a un grupo que rodea un mate - ya no somos tantos -piensa. Cuántos se han quedado sin monedas, fuerzas, esperanzas... Le dan un mate, media galleta y un dato: en la fábrica Desechos Tóxicos Autorizados SA, filial Argentina, solicitan un changador con conocimientos de contabilidad e inglés básico, que sea argentino flexibilizado. Es decir que acepte trabajar 14,16 hs. diarias sin cobrar horas extra, mitad en negro, mitad en negro, 10$ por día y un litro de leche. No médico, no convenio laboral, no seguridad industrial, no horas extra,no, no, no. Qué curioso, a los explotadores de ayer, hoy les llaman inversores...
Presentarse de 8 a 11. Ver al.Sr. Currando
Llovizna, bajo el agua, medio caminando, medio en la sensibilidad de un colectivero, escala la ciudad-montaña. Parte de su suburbio pobre y a medida que avanza, la pobreza va quedando atrás, hasta que en un punto determinado del plano edilicio social vuelve a encontrar esa pobreza que avanza, o retrocede, quién sabe. Los autos son reemplazados por famélicos caballos, las macetas son reemplazadas por montañas de basura, los jardines por baldíos, los bancos por fábricas cerradas y los trajes por harapos.
Ahí adelante está la posibilidad de volver a comer, de comprar un poco de querosene, la posibilidad de volver a parecer una persona. Otra vez el dolor en el pecho.- El Señor Currando llegará a la una- El portón se cierra con su ruido metálico. Sigue el frío, la lluvia, el dolor. Sus necesidades deben esperar un poco más.
Algunos postulantes se ponen debajo de los árboles sin hojas, quemadas por el humo tóxico de la chimenea, otros se cubren la cabeza con el saco, otros saltan, agitan los brazos para entrar en calor. Muchos se van. El no puede, el dolor no lo deja. Las 8.30, las 9.15, 10 menos 10, las 11, se acurruca en el suelo y dormita. Le patean el pie, - vamos, son la una - ¡ La una !. Quedan sólo cuatro. - Lo lamento, el Sr. Currando se va a demorar un poco, calculo que hasta las tres -
El cielo se encapota, corre más fuerte el viento, otra vez a postergar la esperanza. Dos se van. El y el otro vuelven al paredón de enfrente de la fábrica. Juan tose...siente los brazos dormidos. Son las 2 y 17.- No puedo más, me vuelvo a mi casa, mangando algo que darle de comer a mis hijos, suerte que vos sos solo, el puesto es tuyo - dice el otro. Juan hace una mueca que intenta ser sonrisa. Las 3. Con un andar vacilante va hacia el portón - No, todavía no llegó - Con un hilo de voz pregunta: -¿ vendrá ?, - -En cualquier momento, yo le aviso -
Tose y tose, le duele el pecho, empieza a oscurecer, el viento barre hojas, papeles y sueños. Es de noche. El Sr. Currando se lamenta por tener que gastar en otro aviso. La calle de la fábrica está vacía, sólo queda el cuerpo acurrucado y sin vida de Juan. Que pase el que sigue.
PD. La frase de hoy es " Lloramos al nacer por tener que entrar a este gran escenario de locos. "
W. Shakespeare