Entro en las tierras pardas de suspiros azules,
soñador atrevido en tu alcoba
envuelto en gárgolas de hechos imposibles.
Entro soñando tu espalda
escuchando el silencio de tu vientre.
Dejando huella en tu cintura de arena.
Entro como asesino de sirenas
con látigos y ruedas de molino
soplando tus penas con brisas.
Entro en tu pecho acariciando el pomo
de tu sangre teñida de tiempo
torrente imposible aferrado en un puño
huyendo de los filos de navaja
como ejército de flores de un solo sol.
Entro arañando los astros
en tu lecho de campos de algodón
con tanto silencio que despierto las llamas
de un infierno apresando violetas.
Entro inconsciente, acariciando las llamas
de la celeste perdida de uno mismo
con el estruendo del cielo
buscando el veneno azul de tu mirada.
soñador atrevido en tu alcoba
envuelto en gárgolas de hechos imposibles.
Entro soñando tu espalda
escuchando el silencio de tu vientre.
Dejando huella en tu cintura de arena.
Entro como asesino de sirenas
con látigos y ruedas de molino
soplando tus penas con brisas.
Entro en tu pecho acariciando el pomo
de tu sangre teñida de tiempo
torrente imposible aferrado en un puño
huyendo de los filos de navaja
como ejército de flores de un solo sol.
Entro arañando los astros
en tu lecho de campos de algodón
con tanto silencio que despierto las llamas
de un infierno apresando violetas.
Entro inconsciente, acariciando las llamas
de la celeste perdida de uno mismo
con el estruendo del cielo
buscando el veneno azul de tu mirada.