Pegado en las entrañas de ajenos horizontes,
besaré las amapolas de tus delirios,
palpitando en cada rincón de la golondrina.
Aquella, la que vuela con tu nombre.
Pegado en las paredes del tiempo,
dibujo con brisas de las olas
a través de mis suspiros mustios:
la nostalgia de saberte mía.
Pegado en el umbral de crepúsculo,
abrazaré sin apuro
este caminar cansino de mi pecho,
en el andar de tu propio sendero.
FELIPE SANCHEZ.