un jilguero le canta al alba,
en el césped da saltitos un mirlo.
Corta el cielo las alas de una garza.
Las truchas descienden el río,
los lirios adornan el lugar,
una rana debajo de un risco
cantaba su croac, croac.
Se escucha sonar una catarata
que trae su agua desde el alto,
un búho en una cueva oscura
esperaba a que la noche llegara.
Las gaviotas río abajo
seguían la ruta hacia el mar,
las montañas de lomo blanco
mas anoche debió nevar.
Unos canarios cantan su melodía
y le hacen al paisaje una canción,
un halcón rasga y traza el cielo,
se hace de noche; el sol se ocultó.
Ahora si, sale el búho de la cueva
y sobrevuela el lugar sin temor,
los murciélagos se arremolinan
tras la sangre de algún roedor.
La luna inmensa en el oscuro cielo
posa su rayo en hojas de un palmeral
y rebota su estela hacía el lago claro
do una noche nos fuimos a bañar.
En este espacio salvaje y natural
hoy he vuelto en busca de nosotros
todo lo que fuimos en este lugar
se quedó anclado en un tronco.
Raspo las cortezas de los árboles
con afán de encontrarnos de nuevo
pero el tiempo ha borrado las señales;
ya solo somos sobras de un amor muerto.
Jesús J.J.L