mordaza

¡las culpas!

¡las culpas!

¡son las culpas las causantes!

¿de quién son las culpas?

¿de quien las recibe o de quien las tiene?

y que decir del que las da...

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Las navajas cortan sus labios
Sus mejillas
¡Quiere gritar!......
¡blasfemar su imagen al espejo!
con sus dedos sangrantes,
dibuja pentagramas en su frente,
en su distorsionada imagen,
y con hilo y aguja….
pretende devolver la belleza
que le ha sido arrebatada
y zurce…..y repara
y entonces sonríe….
contemplando su autorretrato.

La culpa... la culpa de escribir. Escribir encierra un sentimiento, un sentimiento de placer, placer que de tanto ser se revierte en culpa: No es posible tanto, por ende, resulta sospechosa esta acción que prefiero llamar: acto de contrición. Pero del placer o la culpa, la tangibilidad de la palabra esculpida en el vuelo que ella cobra en poemas como éste: Mordaza, que de ello no tiene sino el silencio al que obliga al lector para poder embeberse en sus letras.