Insensibles monstruos saturados de egoísmo,
tan solo extraños que no poseen corazón.
Dictadores que se mueven en su propio beneficio,
únicamente individuos carentes de compasión.
Monederos con piernas de los que servirse,
solo hasta el momento de poder decir adiós.
Sacos que llenar con mil reproches,
los “no humanos” que no merecen perdón.
Los que no tienen derecho a equivocarse,
meras sombras que no dejan ver el sol.
tan solo extraños que no poseen corazón.
Dictadores que se mueven en su propio beneficio,
únicamente individuos carentes de compasión.
Monederos con piernas de los que servirse,
solo hasta el momento de poder decir adiós.
Sacos que llenar con mil reproches,
los “no humanos” que no merecen perdón.
Los que no tienen derecho a equivocarse,
meras sombras que no dejan ver el sol.