Maquillas con tu mano el dardo que llevas a la boca
¿Qué ensimismado renglón fue en el que te perdiste?
En el que como un acicate destornillabas la risa,
y en tu boca seca pintada de oscuridad y hastío.
Partiste dejando un reguero de vid amarga
de escaramuza agreste como esta antigua luna.
Masticando arrabal, destronando y sin vento.
Palmado como un coso de dormir mistongo,
apalabrando sombras y noches de bohemia.
El beso quedó envuelto entre esa sábana gris,
demorado e inerte como esa fruta que masticas,
que rueda en la garganta acechando tu extravío,
esa feroz grieta con olor a madreselvas;
al recuerdo imborrable cuando te dijo ¡te quiero!
Vaso, amigo cruel, que se clava en el estaño,
dibujando esa pirueta cuyo camino es una estrella.
El viejo bodegón. La silla aquella… Y dan las tres…
Te levantas despacito acariciando la lágrima de la espera.
Te vas para el bulín masticando algún perfume
aquel que entre sus manos,
fueran un día
primavera…………….
¿Qué ensimismado renglón fue en el que te perdiste?
En el que como un acicate destornillabas la risa,
y en tu boca seca pintada de oscuridad y hastío.
Partiste dejando un reguero de vid amarga
de escaramuza agreste como esta antigua luna.
Masticando arrabal, destronando y sin vento.
Palmado como un coso de dormir mistongo,
apalabrando sombras y noches de bohemia.
El beso quedó envuelto entre esa sábana gris,
demorado e inerte como esa fruta que masticas,
que rueda en la garganta acechando tu extravío,
esa feroz grieta con olor a madreselvas;
al recuerdo imborrable cuando te dijo ¡te quiero!
Vaso, amigo cruel, que se clava en el estaño,
dibujando esa pirueta cuyo camino es una estrella.
El viejo bodegón. La silla aquella… Y dan las tres…
Te levantas despacito acariciando la lágrima de la espera.
Te vas para el bulín masticando algún perfume
aquel que entre sus manos,
fueran un día
primavera…………….