y aprender a volar,
planear entre la brisa
soñando y dejándose amar.
Entre la locura más bella,
con los luceros de la noche,
en la espera del sol, del día
para morir de amor, de vida.
Manojos de un anhelo
vestido en besos, en tul;
teñido de albores,
infestado de oro y luz
con el aura oscilante de tu voz
y tú, y tú, y tú, y solamente tú
haces que mi sombra se levante casi azul
y tú, y tú, y tú.
Querida, bien querida, ahora lo sabrás
que lo he escrito en el sendero,
que lo he tatuado cual decreto;
con sangre de mi sangre, lo prometo
en la tierra y en el cielo
en el aire y el subsuelo:
Que te quiero, sí, te quiero.
Haces que mis sueños
se maticen con tu luz,
orlas con amores
mis entrañas sólo tú
navego entre las perlas de tu voz
y tú, y tú, y tú, y solamente tú
haces que mi sombra se levante casi azul
y tú, y tú, y tú…
y tú, y tú, y tú, y solamente tú
haces que mi sombra se levante casi azul
y tú, y tú, y tú…
Con sangre de mi sangre, lo prometo
en la tierra y en el cielo
en el aire y el subsuelo:
Que te quiero, sí, te quiero.
Haces que mis sueños
se maticen con tu luz,
orlas con amores
mis entrañas sólo tú
navego entre las perlas de tu voz
y tú, y tú, y tú, y solamente tú
haces que mi sombra se levante casi azul
y tú, y tú, y tú…
y tú, y tú, y tú, y solamente tú
haces que mi sombra se levante casi azul
y tú, y tú, y tú…