quien previo al arte de tocar,
de intuir tus miedos,
te desvanece.
Llamaradas en sus ojos
devorador de suspiros
y tú, tu alma lánguida
en un par de gemidos perece, perecerá
Desde la niebla
un ser amorfo se vaporiza.
Sus colmillos van goteando el beso
que desangró tu chirriante sonrisa
Tu sangre tan sólo es un comienzo,
él vendrá, viene por más.