“Conozco un empleado que fue muerto de pena, enamorado de las sirenas” dice un amigo que
fue y volvió, antes puteaba y rompía guitarras cuando se creía un dios al cual le sacaban a
cada rato las figuritas. Entre puteadas y guitarras rotas se pegaba un pire al jardín de las
delicias. Eso era antes, ahora entre una puteada y otra suele preguntarse si eso de ser dios
estaba piola. Cuando sos un dios la culpa es de los otros y te clavan en una cruz. Pero uno es
dueño de elegir el caño con el cual sacudirse los sesos.
Lo único piola en las verdulerías son las manzanas rojas, fruta sagrada de La Rusa, un minón
que me enseñó un par de cosas. Para cruzar un desierto hay que conseguir un camello y hay
que saberlo cabalgar, de lo contrario es preferible quedarse quieto besando el muro de los
lamentos. Una gran amiga cuando le hablo de amor me suele contar que le propusieron
casamiento, eso y mojarse la cara con cianuro es medio parecido, sobretodo cuando después
te bate que nadie la comprende y que solo se trataba de un chiste que siempre le sale mal.
Todo lo que brilla no suele ser oro, solía decir mi vieja junto con otras viejas. Si vieja, está bien,
pero primero tengo que saberlo in situ, yo de cuentos no me llevo y me largué para el bulín.
Está mal enamorarse de uno mismo, es lo peor para matarse de un julepe, sobre todo cuando
te hacen pito catalán con los juanetes y te mandan a freír churros con carpeta.
No hay peor desierto que aquel que uno construye, sobre todo si no fue lo suficientemente
piola como para llevarse un bidón del líquido que más le guste y le cuadre. ¡minga de las ocho
cuadras! A las dos te quedás seco.
Desmitificar la poesía. ¿No será mucho? Digo, andar como Sastre tirándole piedritas a los
escritos. Será acaso que de algún dolor nacen, de alguna forma se parieron. Y parir siempre es
doloroso, sobre todo si uno se embaraza de la vida, si juega a las simulaciones, si quiere
hacerle trampa a su destino. A mi siempre que gustó hacer la de los pibes, asombrarme de
cada cosa cada día, ponerme melancólico los días de garúa, armar algún barquito de papel y
echarlo a correr por las zanjitas. Los pibes en su inocencia no saben que el mundo está lleno
de locos asesinos, esos muertos en vida que quieren sumarle gente a su ganado, solo para
decir que son la mayoría. Y andar por la vida vomitando huesos, citas impuntuales o pequeñas
flores marchitas. Es tan lindo jugar a La Rayuela, remontar un barrilete y chapar la cintura de
una mina y querer quererla como si fuese la única.
Los verduleros saben que la fama es puro cuento, será por eso que siempre sacan un boleto pal desierto.
Pero sí vi tus ojos y hasta comí la arena quise quedarme pero me fui…….
Filosofía barata y zapatos de goma quizás es todo lo que te di…..Charly, Charly……..
fue y volvió, antes puteaba y rompía guitarras cuando se creía un dios al cual le sacaban a
cada rato las figuritas. Entre puteadas y guitarras rotas se pegaba un pire al jardín de las
delicias. Eso era antes, ahora entre una puteada y otra suele preguntarse si eso de ser dios
estaba piola. Cuando sos un dios la culpa es de los otros y te clavan en una cruz. Pero uno es
dueño de elegir el caño con el cual sacudirse los sesos.
Lo único piola en las verdulerías son las manzanas rojas, fruta sagrada de La Rusa, un minón
que me enseñó un par de cosas. Para cruzar un desierto hay que conseguir un camello y hay
que saberlo cabalgar, de lo contrario es preferible quedarse quieto besando el muro de los
lamentos. Una gran amiga cuando le hablo de amor me suele contar que le propusieron
casamiento, eso y mojarse la cara con cianuro es medio parecido, sobretodo cuando después
te bate que nadie la comprende y que solo se trataba de un chiste que siempre le sale mal.
Todo lo que brilla no suele ser oro, solía decir mi vieja junto con otras viejas. Si vieja, está bien,
pero primero tengo que saberlo in situ, yo de cuentos no me llevo y me largué para el bulín.
Está mal enamorarse de uno mismo, es lo peor para matarse de un julepe, sobre todo cuando
te hacen pito catalán con los juanetes y te mandan a freír churros con carpeta.
No hay peor desierto que aquel que uno construye, sobre todo si no fue lo suficientemente
piola como para llevarse un bidón del líquido que más le guste y le cuadre. ¡minga de las ocho
cuadras! A las dos te quedás seco.
Desmitificar la poesía. ¿No será mucho? Digo, andar como Sastre tirándole piedritas a los
escritos. Será acaso que de algún dolor nacen, de alguna forma se parieron. Y parir siempre es
doloroso, sobre todo si uno se embaraza de la vida, si juega a las simulaciones, si quiere
hacerle trampa a su destino. A mi siempre que gustó hacer la de los pibes, asombrarme de
cada cosa cada día, ponerme melancólico los días de garúa, armar algún barquito de papel y
echarlo a correr por las zanjitas. Los pibes en su inocencia no saben que el mundo está lleno
de locos asesinos, esos muertos en vida que quieren sumarle gente a su ganado, solo para
decir que son la mayoría. Y andar por la vida vomitando huesos, citas impuntuales o pequeñas
flores marchitas. Es tan lindo jugar a La Rayuela, remontar un barrilete y chapar la cintura de
una mina y querer quererla como si fuese la única.
Los verduleros saben que la fama es puro cuento, será por eso que siempre sacan un boleto pal desierto.
Pero sí vi tus ojos y hasta comí la arena quise quedarme pero me fui…….
Filosofía barata y zapatos de goma quizás es todo lo que te di…..Charly, Charly……..