Ella pregunto:
Que se necesita señor mió para estar eternamente con usted
El respondió
Lo único que necesitas es ser como yo
Cruzar a este lado de mi mundo.
En este lugar sin limites
No hay cielo ni tierra, ni luna ni sol
Ella dijo:
oh señor mío por siempre lo amare
El respondió:
En un lugar sin tiempo donde el mañana y el ayer son la misma cosa
Tu nunca podrás estar conmigo
Sin embargo yo te llevare a ese espacio fuera del tiempo y allí te poseeré.
Ella dijo: implorando vehemente
Oh señor mío nunca mas quiero estar lejos de usted
No puedo imaginar el tiempo sin tiempo
Sin usted a mi lado
El dijo:
Mi tiempo se ha acabado no hay mas camino por delante para mi
Es aquí donde he de partir.
Ella dijo:
No podré soportar un solo día sin usted
El dijo:
en este mundo fuera del mundo, en este tiempo fuera del tiempo
tu por siempre mía serás
el camino un par de pasos mirando hacia atrás y estirando su mano tratando de apresar algo que igual es imposible retener;, ella estiro su mano en señal de plegaria tratando de alcanzar la de el.
Entonces sonó el timbre del metro y las puertas se cerraron dejando a ambos a dos pasos pero en una distancia abismal resguardada por una impenetrable muralla de tiempo y espacio que difícilmente podrían sobrevivir en las siguientes horas antes de su próximo encuentro.
Ella apoyada del frió y sucio cristal de la puerta del metro, contemplaba con cierta desesperación como el paso del tiempo se volvería una tortura
El miraba con impotencia como aquel impersonal convoy de vidas que no le pertenecen, se alejaba siendo tragado por la fría oscuridad de un túnel que da la impresión de no ir a ninguna lado, a ese tiempo sin tiempo en un lugar fuera del espacio, siendo arrastrado por furiosas bestias metálicas que chillan y sacan chispas en su aparente imparable andar, equiparable al paso el tiempo fuera del tiempo, en un lugar sin lugar
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Que se necesita señor mió para estar eternamente con usted
El respondió
Lo único que necesitas es ser como yo
Cruzar a este lado de mi mundo.
En este lugar sin limites
No hay cielo ni tierra, ni luna ni sol
Ella dijo:
oh señor mío por siempre lo amare
El respondió:
En un lugar sin tiempo donde el mañana y el ayer son la misma cosa
Tu nunca podrás estar conmigo
Sin embargo yo te llevare a ese espacio fuera del tiempo y allí te poseeré.
Ella dijo: implorando vehemente
Oh señor mío nunca mas quiero estar lejos de usted
No puedo imaginar el tiempo sin tiempo
Sin usted a mi lado
El dijo:
Mi tiempo se ha acabado no hay mas camino por delante para mi
Es aquí donde he de partir.
Ella dijo:
No podré soportar un solo día sin usted
El dijo:
en este mundo fuera del mundo, en este tiempo fuera del tiempo
tu por siempre mía serás
el camino un par de pasos mirando hacia atrás y estirando su mano tratando de apresar algo que igual es imposible retener;, ella estiro su mano en señal de plegaria tratando de alcanzar la de el.
Entonces sonó el timbre del metro y las puertas se cerraron dejando a ambos a dos pasos pero en una distancia abismal resguardada por una impenetrable muralla de tiempo y espacio que difícilmente podrían sobrevivir en las siguientes horas antes de su próximo encuentro.
Ella apoyada del frió y sucio cristal de la puerta del metro, contemplaba con cierta desesperación como el paso del tiempo se volvería una tortura
El miraba con impotencia como aquel impersonal convoy de vidas que no le pertenecen, se alejaba siendo tragado por la fría oscuridad de un túnel que da la impresión de no ir a ninguna lado, a ese tiempo sin tiempo en un lugar fuera del espacio, siendo arrastrado por furiosas bestias metálicas que chillan y sacan chispas en su aparente imparable andar, equiparable al paso el tiempo fuera del tiempo, en un lugar sin lugar
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