Varas de morera clavadas en un astro
esconden la sombra de unos lamentos
bordados de fina piel de amentos
con poros doloridos de alabastro.
Escondes en tus hojas verdes mi fortuna
hundida tan solo con clavos de hojalata
urdimbres de vida en tu útero de plata
que germinaran en tu vientre de luna
En tus moras seminales de luz reflejada
nacen hexágonos de deseo insatisfecho.
¡Cuanta lágrima fruto del deshecho!
¡Cuanta muerte para dar vida deseada!
Una ola funde nuestras manos y su raíz
entre incipiente primavera y ocaso de invierno
abarcando una orilla donde duerme lo eterno
tu sonrisa abarcando un firmamento de matriz.
Tu deseo mortal morirá con una boca pequeña
deseando trepar cortezas rugosas de tu piel
para atrapar negras moras de tu dorada miel
fruto de tus pechos dorados, su elegida seña.