Alguien movió las fichas y le sacó horas a los días, minutos a las horas. No debiera estar donde estoy, o quisiera “que estuvieras aquí” Todo es como un extraño calidoscopio, un túnel lleno de aristas inexistentes.
En ese aleph de sensaciones y miradas, en este tren lleno de fantasmas, de espectros que repiten consignas prefabricadas, la radio, la televisión y las revistas mandan.
Alguien se subió a una pared y grita “Libertad” y una monja cerró el pestillo del mirador desde donde espiaba como corría la vida, las piernas de María o el trasero de José.
Aquel, ese otro, mientras tanto filmaba Teorema y desde las oficinas del rey ordenaron prohibir semejante corte de versículos opuestos. Yo de pronto, vos, el otro, todos y cada uno estamos a diferente velocidad. Alguien siempre quiere sacar el brazo por la ventanilla y sentirse el más cruel, masticar una navaja o desgañitarse a gritos y quejidos como un niño de dos años. “Es brillante, muy brillante, muy poderoso”
Casi todo el tiempo escucho, miro, observo, me hago amigo de los pájaros y converso con el perro. Mi analista dijo una vez que hiciera lo que el corazón me mande, entonces escribo en re menor, dudo, pateo y sigo. “Son ocho los monos, diga” y aquí nadie mató a Gardel. A veces algo me detiene, me siento en los umbrales y sonrío, alguien a veces le hace trampas al cielo, el ángel siempre prometió volver.
No todos están adentro, afuera hay un tropel. Me anoté en la Pitman en un curso de tres años, desde entonces he decidido no creer.
https://www.youtube.com/watch?v=wPJlBxkWuj4
En ese aleph de sensaciones y miradas, en este tren lleno de fantasmas, de espectros que repiten consignas prefabricadas, la radio, la televisión y las revistas mandan.
Alguien se subió a una pared y grita “Libertad” y una monja cerró el pestillo del mirador desde donde espiaba como corría la vida, las piernas de María o el trasero de José.
Aquel, ese otro, mientras tanto filmaba Teorema y desde las oficinas del rey ordenaron prohibir semejante corte de versículos opuestos. Yo de pronto, vos, el otro, todos y cada uno estamos a diferente velocidad. Alguien siempre quiere sacar el brazo por la ventanilla y sentirse el más cruel, masticar una navaja o desgañitarse a gritos y quejidos como un niño de dos años. “Es brillante, muy brillante, muy poderoso”
Casi todo el tiempo escucho, miro, observo, me hago amigo de los pájaros y converso con el perro. Mi analista dijo una vez que hiciera lo que el corazón me mande, entonces escribo en re menor, dudo, pateo y sigo. “Son ocho los monos, diga” y aquí nadie mató a Gardel. A veces algo me detiene, me siento en los umbrales y sonrío, alguien a veces le hace trampas al cielo, el ángel siempre prometió volver.
No todos están adentro, afuera hay un tropel. Me anoté en la Pitman en un curso de tres años, desde entonces he decidido no creer.
https://www.youtube.com/watch?v=wPJlBxkWuj4