ENTORNADO
Alimento la entraña con solo palabras
que me llevan a un horizonte plano
apoyado en un quicio de puerta
ya caído
como esperanza de ala rota
que no vuela a su destino
solo hacia una estrella
de papel muerto
que habla de una luna imposible.
Nidos vacíos de aves
muertas de desolación
como esencia de color negro.
Gavilanes me sujetan
con su aleteo de rocío y sol
entre espigas de luz
y madrigueras de muerte.
¿Dónde estoy?, alondra divina
ni yo mismo lo se
me dice el pájaro sin ala.
Que importa si pierdo.
Que importa si soy.
Clavo mis rodillas frente a su vuelo
y me entrego a fitófagos hambrientos
de mi carne
de mi fibra
de mis huesos.
Mientras se ríen de mi alma
vahído de ilusión
en un último estertor
que grita tu nombre.
Alimento la entraña con solo palabras
que me llevan a un horizonte plano
apoyado en un quicio de puerta
ya caído
como esperanza de ala rota
que no vuela a su destino
solo hacia una estrella
de papel muerto
que habla de una luna imposible.
Nidos vacíos de aves
muertas de desolación
como esencia de color negro.
Gavilanes me sujetan
con su aleteo de rocío y sol
entre espigas de luz
y madrigueras de muerte.
¿Dónde estoy?, alondra divina
ni yo mismo lo se
me dice el pájaro sin ala.
Que importa si pierdo.
Que importa si soy.
Clavo mis rodillas frente a su vuelo
y me entrego a fitófagos hambrientos
de mi carne
de mi fibra
de mis huesos.
Mientras se ríen de mi alma
vahído de ilusión
en un último estertor
que grita tu nombre.