cuando nadie la veía
la viejita lloraba
a un hijo que perdía.
Ella hablaba con el cielo
y suplicaba por su vida,
buscando consuelo;
rezaba en la ermita.
En la casa velas encendidas
ante la foto de la Virgen María,
tu sabes lo que es perder a un hijo
la viejita a voz tenue repetía.
Tu sabes cuanto se sufre
al perder sangre de tu sangre,
escucha los ruegos;
desesperado de esta también madre.
Haz que deje su adicción
mas es lo que le está matando,
también a mi me quita la vida
al verlo sufrir tanto.
Jesús J.J.L