Novedades de enero, primeros días del año. Sinsabores, dolores de garganta, un poco
de prisa porque ruede el almanaque. Algunos de vacaciones y aquí, como decía alguien,
está cerrado por derribo, los perros duermen la siesta en su cama preferida. Un libro de
Proust colgado hace diez años, un disco de Serrano que ya no puedo escuchar,
un celular vacío, una cama descompuesta y un cenicero que abultado pesa en
alguna mesa de bar. Pronto será un café y a preparar la mochilita.
Cada cosa habla de vos y algunas veces una lágrima salpica mi camisa tan planchada como
siempre y el perfume que te gustaba ya no lo uso más. Nostalgia, dos de la tarde y un tren
que hoy se presta para leer a Fontanarrosa y ya no llevo corbata ni zapatos, el encendedor
lo guardo porque soy de perderlos, como suelo perder tantas otras cosas, la mesita de luz
alguna vez me avisa que fue un regalo de cumpleaños y que el Dragón ya no hecha fuego,
apenas está más triste que un poco antes de sentarme con vos aquella tarde Julio en un bar
que ya no existe. En realidad no existe más que un hilo invisible colgado de alguna estrella fugaz.
Se harán luego las seis, y hoy es tarde de terapia y la psico anhelará un olvido y sus perdones.
Hoy podré contarle que no hubo nochebuena y que ya nunca podré brindar al cielo nuestra amada navidad.
https://www.youtube.com/watch?v=DGjRSuFLdEc
de prisa porque ruede el almanaque. Algunos de vacaciones y aquí, como decía alguien,
está cerrado por derribo, los perros duermen la siesta en su cama preferida. Un libro de
Proust colgado hace diez años, un disco de Serrano que ya no puedo escuchar,
un celular vacío, una cama descompuesta y un cenicero que abultado pesa en
alguna mesa de bar. Pronto será un café y a preparar la mochilita.
Cada cosa habla de vos y algunas veces una lágrima salpica mi camisa tan planchada como
siempre y el perfume que te gustaba ya no lo uso más. Nostalgia, dos de la tarde y un tren
que hoy se presta para leer a Fontanarrosa y ya no llevo corbata ni zapatos, el encendedor
lo guardo porque soy de perderlos, como suelo perder tantas otras cosas, la mesita de luz
alguna vez me avisa que fue un regalo de cumpleaños y que el Dragón ya no hecha fuego,
apenas está más triste que un poco antes de sentarme con vos aquella tarde Julio en un bar
que ya no existe. En realidad no existe más que un hilo invisible colgado de alguna estrella fugaz.
Se harán luego las seis, y hoy es tarde de terapia y la psico anhelará un olvido y sus perdones.
Hoy podré contarle que no hubo nochebuena y que ya nunca podré brindar al cielo nuestra amada navidad.
https://www.youtube.com/watch?v=DGjRSuFLdEc