Me adentré sin rumbo en el bosque.
Oscilé los aromas fieles y las intensidades
capturando el sonido inerte del árbol inmutable,
buscando a un dios perdido, escondido, dormido,
asido a una fuente olvidada,
el agua más clara que humano ha bebido,
solo por besarle a la boca y decirle al oído:
Regálame todos mis sueños y te doy mi destino.
Oscilé los aromas fieles y las intensidades
capturando el sonido inerte del árbol inmutable,
buscando a un dios perdido, escondido, dormido,
asido a una fuente olvidada,
el agua más clara que humano ha bebido,
solo por besarle a la boca y decirle al oído:
Regálame todos mis sueños y te doy mi destino.