para que las siga mi yo hecho lobo,
comerme las entrañas,
beber mi sangre
y resucitar en forma de vampiro,
para no morir jamás,
para leer estoicamente entre candiles
las reflexiones de anónimos seres tocados
por alquimistas y magos confabulados
en crear belleza del aire,
dejándome rehacer en aras de un éxtasis,
solo por hacer algo nuevo,
diferente,
excitante,
morir por la experiencia en sí,
como si de volar se tratara.