y despiadada
belleza.
Galaxias abandonadas
a la placidez
de la lejanía.
Cómo concebir un mundo
sin vosotras,
atadas a la solidez
del clavo,
tatuadas
con el sello de la victoria.
Flechas lanzadas
con fuerza
hacia el blanco
de aquel
que hoy lloramos.
Mujeres que siempre van
de la mano
por donde quiera
que se halle el humo
de la incordia.
Mujeres que se odian
y se besan
para curar así las heridas
que entre sábanas el primer amor deja.
VILMA PICAPIEDRA LARROCA ROCCAFORTE Y DEMAS MINERALES INCLUYENDO EL MERCURIO