cuando el amor llama,
pasa a ser de ese sentimiento
que a la razón inflama.
Adolescente que va
de esquina en esquina
dejando en las paredes
las letras de su nombre.
Quien haya visto
la luna en madrugada
seguro recordará
las blancas piernas de la noche.
Abiertas de par en par
a los viajeros que llegan,
entre ellos
el sueño de esa pasión errante.
AISHA