Adrienne Rich
Me entrevero rumor distinto
frente a tus otras amantes.
Si una te cubre nube,
yo te fecundo lluvia.
Si otra, faro te alumbra,
yo bailo luna.
Otra más se tenderá rama
pero yo, copa verde, cobijo.
Habrá quien velamen te tiente,
I
Muda viajo en el estupor del instante. La noche se cuelga gota a gota en el vaho del tiempo. Una boca se desdobla cántaro. Otra, velero de papel. Yo con sombra y la sombra conmigo en ángulo recto, abierta frente a mí como una ventana. Ven, llamarada, lame reflejo susurra suspiro. Difumina brasa la dualidad que nos tañe espejo; gózame según convenga a tu natural instinto. Si como hombre, recibe ,canto de sirena, brisa marina. Si como fémina, el peso frutal del polen de la floresta.
II
En nuestro sexo juega la infancia que tuve. Toda ojos, burbuja me sumo noctámbulo destello al resplandor solar. Una pluma me sostiene vaivén acompasado. Trino se mece el aire, y de pronto descubro el nombre de las cosas, marco cascabel las horas y filigrana bordo la metáfora. Hilo enhebro al bies los planos: tus llanuras, mis montañas.
III
Sobresalto. Despierto. Fugaz, olisqueo el norte orientando las luces del poniente. Sonámbula penumbra me acompaña pergamino en blanco. Arriban umbral los minutos fragancia de la espera. Esencia me vuelco bálsamo, arrullo. Vigilia y nada... Me desatas de ti calladamente. Resucita la paralela, tu perfil sólo recuerdo. El trapecio, un péndulo inerte. La cal de las paredes resbala tapia.
IV
Ay de mí. A un paso de la vida, la pierna adelantada. Mi soledad, enclaustrado mármol, centro en la espiral de los cuatro puntos cardinales. Me ciñe vértigo el plenilunio. Por delinearte retozo en los labios, ofrenda incliné mi garganta. Ahora tu voz es todo lo que tengo. Sendero para un viento que destierra. De pie, azul de despedida, reanudo el regreso a mi cuerpo.