TANGO
-Mujer de la noche-
La vana luz que guió tus pasos
yace en la oscuridad insondable,
donde termina el camino:
faról en una esquina de la calle.
El lecho que apacible aguardaba
tu aliento de hembra soñadora
es ahora barca desesperada,
cansada de tu incansable oleaje.
Eres botella que flota
repleta de repetidos mensajes
en el océano de metálicas pasiones,
de vientos teñidos de arrabales.
Cuántas veces tus pasos resbalaron
sobre el frío mármol aún ensangrentado,
o sobre el surco abierto con prisa
por las manos de algún desdichado.
Cuántas veces tus rincones recogieron
el óxido de los años retorcidos,
o el fresco polen apurado
en tu copa de cristal empañado.
Ahora que tu estrella no es la misma,
ahora que te ha olvidado,
te acuestas con tus melancólicos ayeres
y lloras tus sueños desechados.
By Carlito el cavernícola
-Mujer de la noche-
La vana luz que guió tus pasos
yace en la oscuridad insondable,
donde termina el camino:
faról en una esquina de la calle.
El lecho que apacible aguardaba
tu aliento de hembra soñadora
es ahora barca desesperada,
cansada de tu incansable oleaje.
Eres botella que flota
repleta de repetidos mensajes
en el océano de metálicas pasiones,
de vientos teñidos de arrabales.
Cuántas veces tus pasos resbalaron
sobre el frío mármol aún ensangrentado,
o sobre el surco abierto con prisa
por las manos de algún desdichado.
Cuántas veces tus rincones recogieron
el óxido de los años retorcidos,
o el fresco polen apurado
en tu copa de cristal empañado.
Ahora que tu estrella no es la misma,
ahora que te ha olvidado,
te acuestas con tus melancólicos ayeres
y lloras tus sueños desechados.
By Carlito el cavernícola