que tiene alas. Adivinen adivinanza:
Tenue se despide el otoño; tu atmósfera su velo.
Lunar, te incrustas protagonista en su resplandor
como si de algo te valiese tu osadía aterciopelada,
tu aleteo errático que gasa se prefiere sombra.
Dicen de ti un hatillo de cosas:
que si eres arista de boreales distancias,
que si viajero te complaces, intempestivo delirio,
en sembrar propósitos fortuitos
en lugar de precisos mensajes. Yo me sonrío.
Matinal te prefiero a la hora del café,
de la reiterada alianza con el día pero igual dicen
que tu reflejo camina sendero sobre los ojos
cuando tibio se tiende incierto capullo
en medio del parpadeo de un guiño nocturno.
.De cualquier manera, ambulante, impulso minúsculo
que desde su voracidad peregrina crece
líquido que se niega solidez, solidez que se presume
fulminante materia frígida, te sé urdimbre de señales,
de risueña aventura a la vera del vespertino lucero,
candente sigilo que te funde pasión y mito.
Tenue se despide el otoño; tu atmósfera su velo.
Lunar, te incrustas protagonista en su resplandor
como si de algo te valiese tu osadía aterciopelada,
tu aleteo errático que gasa se prefiere sombra.
Dicen de ti un hatillo de cosas:
que si eres arista de boreales distancias,
que si viajero te complaces, intempestivo delirio,
en sembrar propósitos fortuitos
en lugar de precisos mensajes. Yo me sonrío.
Matinal te prefiero a la hora del café,
de la reiterada alianza con el día pero igual dicen
que tu reflejo camina sendero sobre los ojos
cuando tibio se tiende incierto capullo
en medio del parpadeo de un guiño nocturno.
.De cualquier manera, ambulante, impulso minúsculo
que desde su voracidad peregrina crece
líquido que se niega solidez, solidez que se presume
fulminante materia frígida, te sé urdimbre de señales,
de risueña aventura a la vera del vespertino lucero,
candente sigilo que te funde pasión y mito.