para Rimbaud

...de Verlaine. Ah, ¿verdad?


TÚ CREES EN EL RON DEL CAFÉ, EN LOS PRESAGIOS...

Tú crees en el ron del café, en los presagios,
y crees en el juego;
yo no creo más que en tus ojos azulados.
Tú crees en los cuentos de hadas, en los días
nefastos y en los sueños;
yo creo solamente en tus bellas mentiras.
Tú crees en un vago y quimérico Dios,
o en un santo especial,
y, para curar males, en alguna oración.
Mas yo creo en las horas azules y rosadas
que tú a mí me procuras
y en voluptuosidades de hermosas noches blancas.
Y tan profunda es mi fe
y tanto eres para mí,
que en todo lo que yo creo
sólo vivo para ti.

etéreo, sólido... algo de fuego no estaría de más, aunque aquí no venga al caso

se necesitan, se necesitan como el agua necesita a las llamas

será el amor?

creer en sus bellas mentiras,y vivir por él.

muy hermoso el poema,gracias

Excelente acto de fe.



VILMA PICAPIEDRA

Y vaya... No todo es Beaudelaire. Sí, esa sintonía entre lo naif y la experiencia, lo cr crédulo y lo ya desazonazo, es maravillosa.

nacen hijos rebeldes de esa unión

y sucumben. Ja, ja...

ejjej

menos mal que no viven para ver su propia tumba, ahí en la fila, enterrados junto a todos los demás

ah,no,yo quiero escuchar la respuesta,mejor dicho,
la otra visión.

Ele linda, ¿cuál otra visión? Más que hijos, este tipo de "asociaciones" creativas (no está el horno para bollos) produce versos y pensamientos que dardo alcanzan el futuro.

desde la oscuridad... al blanco

Será

jupeles