Dirección y guión: Kim Ki-duk.
País: Corea del Sur.
Año: 2004.
Género: Drama.
Duración: 95 min.
Interpretación: Kwak Ji-min (Yeo-jin), Seo Min-jeong (Jae-young), Lee Uhl (Yeong-gi), Kwon Hyun-myn (Dependiente),
Oh Young (Músico), Im Gyun-ho (Chico ordenado), Lee Jong-gil (Chico feliz), Shin Taek-ki (Suicida), Park Jung-gi (Víctima asesinato), Kim Gul-seon (Segundo dependiente), Jung In-gi (Ki-su).
Producción: Bae Jeong-min.
Música: Park Ji.
Fotografía: Sun Sang-jae.
Montaje: Kim Ki-duk.
Vestuario: Lim Seung-hee.
Estreno en Corea del Sur: 5 Marzo 2004.
Estreno en España: 15 Abril 2005.
Sinopsis:
Jae-Young (Seo Min-jeong) y Yeo-Jing (Kwak Ji-min) son dos jóvenes estudiantes que sueñan con viajar a Europa. Para conseguir el dinero, Jae-young decide prostituirse con hombres mientras Yeo-jin arregla sus citas. Con el tiempo, Jae-young parece acostumbrar-se a esta doble vida. Por su parte, Yeo-jin se siente cada vez más culpable y también más celosa del interés de su amiga por los clientes. Una tarde, Jae-young es sorprendida por la policía mientras está con un hombre. Sin dudarlo salta por la ventana hacia Yeo-jin, pero el impacto es demasiado fuerte y muere a los pocos días. La pérdida de su mejor amiga, unido a un sentimiento de culpabilidad, la llevan a revisitar a todos los clientes de Yeo-jin. Uno a uno les devuelve el dinero en una especie de camino hacia la redención. Sin embargo, el padre de Yeo-jin descubre accidentalmente a su hija con un hombre. Entonces comienza a seguirla. Pero, a pesar de darse cuenta de la situación, es incapaz de enfrentarse a ella. Debe luchar entre el amor que siente por su hija y la aceptación de que se ha hecho mayor. (Labutaca.net)
Comentario Personal:
Vi la película anoche. Ansiosa estaba, porque este coreano se ha convertido en uno de mis Musos, he subido información de otras películas de él que he visto. Sustituyo mi comentario por lo que encontré en este blog: http://ysiestaveztequedaras.wordpress.com/ porque coincido plenamente y no lo hubiera dicho mejor.
A
Las películas de Kim Ki Duk suelen estar construidas casi siempre como caminos espirituales hacia lo que más se quiere, dialécticas tortuosas sobre el amor. Son al menos 3 de esas dialécticas las que constituyen Samaritan Girl.
La de una joven que condensa en la prostitución todo un ejercicio de purificación, la de su mejor amiga que le manifiesta sus sentimientos más hondos mediante la redención carnal en el otro, y la del padre de esta última que ha decidido pedir perdón a su hija por el camino de la culpa ajena. Cada una de estos actos, tan impedidos por el barro como el coche de la protagonista, nacen de un pecado, el cuál es redimido a través de un sacrificio en un inescrutable viaje, que acaba deviniendo necesariamente en un nuevo pecado…. con el que todo comienza otra vez.
Pero lo que le importa al director de La isla no es el escándalo de esos pecados, tampoco su culpabilidad, sino lo que queda
en el medio de tan discutidos sentimientos, y que no es otra cosa que la más pura belleza de todo amor, tan enigmática como incomprensible nos es al resto discernir las maneras que cada uno tiene de querer. Es por eso que Samaritan girl supone todo un replanteamiento moral.
Lo que en manos de otro hubiera sido puro folletín en las de Kim Ki Duk es destilado hasta llegar a su esencia, hasta sacar poesía de las piedras… amarillas. Algo que, tras ese demoledor final, le acredita para extraer la verdad, quizá absoluta, de que el amor, sea entre quienes sea, punible o delictivo, correspondido o no, es siempre y por definición… bondadoso (y muy, muy hermoso).
Comentario Personal:
Vi la película anoche. Ansiosa estaba, porque este coreano se ha convertido en uno de mis Musos, he subido información de otras películas de él que he visto. Sustituyo mi comentario por lo que encontré en este blog: http://ysiestaveztequedaras.wordpress.com/ porque coincido plenamente y no lo hubiera dicho mejor.
A
Las películas de Kim Ki Duk suelen estar construidas casi siempre como caminos espirituales hacia lo que más se quiere, dialécticas tortuosas sobre el amor. Son al menos 3 de esas dialécticas las que constituyen Samaritan Girl.
La de una joven que condensa en la prostitución todo un ejercicio de purificación, la de su mejor amiga que le manifiesta sus sentimientos más hondos mediante la redención carnal en el otro, y la del padre de esta última que ha decidido pedir perdón a su hija por el camino de la culpa ajena. Cada una de estos actos, tan impedidos por el barro como el coche de la protagonista, nacen de un pecado, el cuál es redimido a través de un sacrificio en un inescrutable viaje, que acaba deviniendo necesariamente en un nuevo pecado…. con el que todo comienza otra vez.
Pero lo que le importa al director de La isla no es el escándalo de esos pecados, tampoco su culpabilidad, sino lo que queda
en el medio de tan discutidos sentimientos, y que no es otra cosa que la más pura belleza de todo amor, tan enigmática como incomprensible nos es al resto discernir las maneras que cada uno tiene de querer. Es por eso que Samaritan girl supone todo un replanteamiento moral.
Lo que en manos de otro hubiera sido puro folletín en las de Kim Ki Duk es destilado hasta llegar a su esencia, hasta sacar poesía de las piedras… amarillas. Algo que, tras ese demoledor final, le acredita para extraer la verdad, quizá absoluta, de que el amor, sea entre quienes sea, punible o delictivo, correspondido o no, es siempre y por definición… bondadoso (y muy, muy hermoso).