Soy coleccionista de tonterías yo, y me precio de ser grande tontorrón, por eso es que entre las grandes frases de mis colecciones figuran algunas perlas mías de mi ilustre creación. esas frases las aprendo de memoria y voy soltándolas por ahí para ganarme enemigos y el odio acérrimo del vulgo, con ello no logro discernir si me siento superior o inferior, pero si me siento diferente, o al menos marginado, fuera del redil en cualquier caso.
A todo eso «¡Cuánto fasto manifiestas queriendo no parecer fastuoso!» se cuenta que le dijo Platón a Diógenes.
Siglos después eso mismo le quise decir al Papa Benedicto, pero un guardia vaticano me dejó inconsciente de un culatazo en el cogote en un pasillo demasiado lujoso de la casa de dios.
Y ahí me planto, cada quién diga lo que quiera, si quiere, claro.