(entre la contemplación y la acción)
Cuerpo se escinde. Muda quietud
resplandeciente duna se iza virtud
frente a la pared. Desde la penumbra
su mansa crin crepita artilugio.
Desafío yace audacia bajo las sombras.
Enhebran pulcras su lomo; brisa
lo conducen infancia a un juego remoto
cuya frontera se esparce rama, sutil telaraña.
Vaho ondea seda cálida. El fuego de la vida
amaina y rescoldo, al fin, se musita palabra.
Lo unge la oscuridad mortaja, y corteza
lo redime de su intrincada sonámbula trama.
Adentro, muy adentro vibra en él una calandria,
aurora cuyo empeño arpa tañe perfume su ficticio
sosiego de inerme ala.