yo soy el malo

Yo soy el malo
Que se distingue del resto
Yo soy la distracción
Yo soy la reacción
Mis armas son mis acciones
Sintiéndome bien destruyendo
Sintiéndome bien rechazando
Sintiéndome enfermo
Mis pensamientos se convierten en una lluvia cortante
Me siento bien diciéndolo
Me siento bien quemándome en el infierno
Y aun el diablo me rechaza
No soy un santo ni quiero una monja
Yo soy el pan que alimenta tu desesperación
Yo soy el hambre de tus instintos
Yo soy el demonio que te domina
Porque aun el diablo me rechaza
No busco su aceptación
Solo quiero mi alimento el cual encuentro
Al consumirte a ti también
En los mares de fuego de mi imaginacion

yes! esta es la otra fuerza indestructible de belleza indescriptible

aún el diablo me rechaza

que maravilla, que frase para el verdadero puro de corazón

estoy inspirado ahora por este poema alucinante
felicidades mil ciento trece

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Creo que el sentimiento es reciproco, por mi parte me surgieron algunas reflexiones y una suerte de inspiración de esa frase de la fuerza indestructible de la belleza indescriptible
Una hambre insaciable de estética me invade desde hace algún tiempo, y parecería ser que además de mi intolerancia a la lactosa, a la gente diferente a mi, ahora también padeciera intolerancia estética, pero muy cierto es que la estética como había dicho en uno de mis escribillos ni se crea ni se destruye únicamente se transforma dando lugar a una devastación del imaginario personal.

yo nací intolerante a la estética, por eso me hice cozear la cara por una mula y así me quedé con grandes zicatrizes que hacen que la gente vulgar aparten la vista cuando me ven, yo mismo cuando me miro al espejo digo: ¡Qüasimodo! impulsivantemente, a veces, cuando voy por la calle mirando escaparates y veo desprevenido mi reflejo en los cristales incluso pido auxilio, en cierta ocasión hasta llamé a dos policías que allí vagabundeaban tontamente, al modo natural de los policías, como si hubiesen nacido para tontamente vagabundear.

y pues eso...