por Invitado Vie Sep 05, 2008 4:55 pm
Ele, Evil, disgresiones aparte, este diálogo me revivió unas coplas de una canción antigua que un folkorista mexicano recuperó. La cantaba yo mucho de niña camino a las excursiones al campo los domingos. Ahí va:
De la arena nace el agua
y del agua los pescados,
y de la mujer bonita
nacen los enamorados.
De la arena nace el agua
y del agua el aguardiente,
y de la mujer traidora
nacen los hombre valientes.
Tocan, tocan, doblan
las campanas de mi pueblo.
Es verdad, yo ya no existo
desde que no estoy en tu pecho.