Me dijo el sol esta mañana, mientras juntos
veíamos volar las aves
hacia el valle:
la vida no es más
que la inclemente primavera
empeñada en cubrir de flores
hasta los glaciales.
Así que no has de lamentarte
si no tienes ahora
esa rosa que te embruja,
esa piedra que te obsesiona
o ese corazón que te enamora;
pues toda esa minúscula riqueza
esta esparcida
en el aroma que por palpable
ya no sientes.
Es la vida la ciega razón
por la que los ojos
aspiran ver, ahora y siempre,
a la silueta de la aurora
dibujada en las ventanas
y a las encrespadas olas
golpeando, con fuerza, las puertas de las casas.
-Ignathius-
veíamos volar las aves
hacia el valle:
la vida no es más
que la inclemente primavera
empeñada en cubrir de flores
hasta los glaciales.
Así que no has de lamentarte
si no tienes ahora
esa rosa que te embruja,
esa piedra que te obsesiona
o ese corazón que te enamora;
pues toda esa minúscula riqueza
esta esparcida
en el aroma que por palpable
ya no sientes.
Es la vida la ciega razón
por la que los ojos
aspiran ver, ahora y siempre,
a la silueta de la aurora
dibujada en las ventanas
y a las encrespadas olas
golpeando, con fuerza, las puertas de las casas.
-Ignathius-