MADADAYO
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DIRECTOR | Akira Kurosawa | ||
GUIÓN | Akira Kurosawa (Libro: Hyakken Uchida) | ||
MÚSICA | Shinichiro Ikebe | ||
FOTOGRAFÍA | Takao Saito, Masaharu Ueda | ||
REPARTO | Tatsuo Matsumura, Kyoko Kagawa, Hisashi Igawa, George Tokoro, Masayuki Yui, Akira Terao, Asei Kobayashi | ||
PRODUCTORA | Kurosawa Production Co. Ltd. / Dentsu Inc. / Tokuma Shoten | ||
GÉNERO Y CRÍTICA | Drama |
SINOPSIS: Tokio, 1943, el profesor Hyakken Uchida abandona la cátedra para dedicarse por completo a su carrera como escritor. Los desastres de la Segunda Guerra Mundial hacen que pierda su casa y viva con su mujer en una barraca. Pero sus ex alumnos deciden construirle un nuevo hogar, al que finalmente se trasladará junto con su esposa. Los que fueron sus pupilos también se comprometen a celebrar cada cumpleaños del venerado maestro. Durante estas fiestas, juegan como niños y le preguntan al profesor: "Mahda-kai" ("¿Estás listo para irte al otro mundo?"), a lo que él responde: "Madadayo" ("No, todavía no").
Comentario Personal:
Fui, como ya es costumbre, al ciclo de cine gratuito de la Fundación Balmaceda. Siete pm, la ciudad aletargada bajo una densa neblina y un frío de ésos. Éramos ocho personas, la sala prácticamente nuestra.
Fui, como ya es costumbre, al ciclo de cine gratuito de la Fundación Balmaceda. Siete pm, la ciudad aletargada bajo una densa neblina y un frío de ésos. Éramos ocho personas, la sala prácticamente nuestra.
Me llevé un chocolatito para amenizar las dos horas y algo que averigué que duraba la película. Al menos el director prometía; Kurosawa es llamado "el emperador del cine" japonés. Películas como "Los siete samurais" y "Sueños" están entre mis favoritas. Eso me animó a luchar contra el sueño que tenía acumulado producto de las dos horas que dormí el día anterior.
Al comienzo, la película me pareció extraña; mostraba la devoción de un grupo de alumnos hacia un simpático profesor, pero no justificaba esas demostraciones por lo que, a momentos, se me hacía excesiva. Me costó agarrar el hilo, involucrarme en ella. De pronto, no sé en qué parte, me encontré riendo por algunas escenas de humor... bien especial, nipón, digamos.
Supongo que al avanzar uno inevitablemente comparte la simpatía del profesor y su sufrimiento. A mí me llenó de ternura la escena en que aparece un gato, Nora. Es bellísima la escena.
También destaco el simbolismo de la película, el "madadayo" va adquiriendo sentido progresivamente. Deja, finalmente, un sensación de paz y de "cierre" muy especial.
A