A. Pizarnik.
Sabes
yo también tengo voces
pero las mías no me hablan ni me escuchan
las mías ni siquiera sueñan
simplemente
se deslizan y naufragan en tazas de café
en largos sorbos que me van haciendo como tú
Alejandra a ratos
insomne
como estas letras que le sobran
a nuestros largos
abreviados
nombres.
28/11/07