Nunca estoy tan solo, no definitivamente. Puedo convivir con los fragmentos como hojas desprendidas del follaje. Pero se puede, a veces, acentuar más el sentimiento. Acentuar la sombra con más luz, acentuar el ruido con silencio. Puedo escuchar un perro a cinco cuadras de aquí. Nunca se está tan solo, no definitivamente, hasta que no se está con alguien que te ignora. ¿Le gustan los juegos de palabras? Estaba yo viendo, estaba lloviendo. Me pregunto si lo entiende...
Lado a lado, las espaldas juntas y la mente de uno divagando en la vida del otro, sin creer en nada, sin saber siquiera si las mentiras serán mentiras.
Ah, volteas hacia arriba, ¿para que vea tu cara, tus magníficos pechos a contraluz de la ventana?
¿La habrá dejado satisfecha su amante?, veo su mano bajo la sábana, bajo su pijama incluso, se acaricia ligeramente el vientre. Sabe que lo sé. Piensa que mientras no me engañe, no me es infiel. Tal vez es así. Sabe que no la puedo dejar, que estoy enfermo, poseso.
Solo quiero saber una cosa. Solo quiero saber si la dejó satisfecha esta noche, si su sonrisa es de placer o si sonríe por lo perverso que resulta esto. ¿Sonreirá porque lo sé y no digo nada? ¿Pensará que soy un patético? A lo mejor cree que no lo sé y le resulta gracioso o...
Hace mucho que no me deja tocarla. Es exclusiva, de uno solo, ¿o de muchos, pero no de mí?. Cualquier insinuación que yo hago... solo me dice que yo puedo solo. Aquí es cuando tengo que darle la espalda y quedarme vacío por completo, ah, pienso esto de tantos sentidos. Sin mucho ruido, sin mover bruscamente la cama, y debo fingir que me quedo dormido, ocultar que me parte en dos la tristeza con la sensación que queda después de una eyaculación tan helada.
¿Se dará cuenta que cuando me masturbo digo bajito su nombre? Me engaño. La imagino desnuda, o recuerdo las últimas veces que lo hicimos, es como ver una porno y quedarse en los momentos cumbres del sexo, pero no con terceros, sino con uno mismo. Ojalá pudiera recordar también las sensaciones. Sobre todo cuando se enloquecía, y parecía dasgarrame la piel desde adentro.
Parecen sombras pintadas sobre la pared, ¿dejarán huella cuando pasan? ¿De qué color serán? Tengo qué saberlo. La cabeza pesa una tonelada, tal vez los sueños tengan algún pesó y se están acumulando. Si es así, estoy en peligro de volverme loco.
Ah, cómo quisiera estirar mi brazo y encontrarla, jugar con sus pezones hasta endurecerlos. A veces me distraigo y tengo que empezar de nuevo, y para ganar tiempo, lo hago más rápido, con un poco de violencia, pero ella se desvanece. No sé si se desvanezca, eso suena a que se va desapareciendo lento. Yo solo volteo y ya no hay nada.
Vi en un video cómo se la chupabas. No podía dejar de verlo, lo vi una y otra vez, dos días lo vi, y me masturbaba viéndolo. Ví cómo se la chupaba, y vi cómo él le abría las piernas y se la metía. Se la metía sin condón, ella usaba píldoras, no quería tener hijos. Se la metía sin quitarle la falda, la falda era lo único que traía puesto.
Me acuerdo de la frase que leí "Está lloviendo en Macondo", y se precipita un cielo de gotas crueles. Tengo qué cruzar la puerta, se parece a la del sanatorio.
Alejo
Lado a lado, las espaldas juntas y la mente de uno divagando en la vida del otro, sin creer en nada, sin saber siquiera si las mentiras serán mentiras.
Ah, volteas hacia arriba, ¿para que vea tu cara, tus magníficos pechos a contraluz de la ventana?
¿La habrá dejado satisfecha su amante?, veo su mano bajo la sábana, bajo su pijama incluso, se acaricia ligeramente el vientre. Sabe que lo sé. Piensa que mientras no me engañe, no me es infiel. Tal vez es así. Sabe que no la puedo dejar, que estoy enfermo, poseso.
Solo quiero saber una cosa. Solo quiero saber si la dejó satisfecha esta noche, si su sonrisa es de placer o si sonríe por lo perverso que resulta esto. ¿Sonreirá porque lo sé y no digo nada? ¿Pensará que soy un patético? A lo mejor cree que no lo sé y le resulta gracioso o...
Hace mucho que no me deja tocarla. Es exclusiva, de uno solo, ¿o de muchos, pero no de mí?. Cualquier insinuación que yo hago... solo me dice que yo puedo solo. Aquí es cuando tengo que darle la espalda y quedarme vacío por completo, ah, pienso esto de tantos sentidos. Sin mucho ruido, sin mover bruscamente la cama, y debo fingir que me quedo dormido, ocultar que me parte en dos la tristeza con la sensación que queda después de una eyaculación tan helada.
¿Se dará cuenta que cuando me masturbo digo bajito su nombre? Me engaño. La imagino desnuda, o recuerdo las últimas veces que lo hicimos, es como ver una porno y quedarse en los momentos cumbres del sexo, pero no con terceros, sino con uno mismo. Ojalá pudiera recordar también las sensaciones. Sobre todo cuando se enloquecía, y parecía dasgarrame la piel desde adentro.
Parecen sombras pintadas sobre la pared, ¿dejarán huella cuando pasan? ¿De qué color serán? Tengo qué saberlo. La cabeza pesa una tonelada, tal vez los sueños tengan algún pesó y se están acumulando. Si es así, estoy en peligro de volverme loco.
Ah, cómo quisiera estirar mi brazo y encontrarla, jugar con sus pezones hasta endurecerlos. A veces me distraigo y tengo que empezar de nuevo, y para ganar tiempo, lo hago más rápido, con un poco de violencia, pero ella se desvanece. No sé si se desvanezca, eso suena a que se va desapareciendo lento. Yo solo volteo y ya no hay nada.
Vi en un video cómo se la chupabas. No podía dejar de verlo, lo vi una y otra vez, dos días lo vi, y me masturbaba viéndolo. Ví cómo se la chupaba, y vi cómo él le abría las piernas y se la metía. Se la metía sin condón, ella usaba píldoras, no quería tener hijos. Se la metía sin quitarle la falda, la falda era lo único que traía puesto.
Me acuerdo de la frase que leí "Está lloviendo en Macondo", y se precipita un cielo de gotas crueles. Tengo qué cruzar la puerta, se parece a la del sanatorio.
Alejo