Fragmentito:
II
Ni gota de luz, ni oscura mariposa. Culebra retorcida, quizás. Iluminadora en el sentido más básico de la palabra, la imposibilidad toca a mi puerta, entra sin permiso, se instala --ya lo dije-- en el sofá más cómodo de mi guarida y deja que el resto haga lo suyo.
Yo, que tengo la antigua costumbre de llevarme ambas manos a las sienes apenas aparece en mi perspectiva, suspiro profundamente reemplazando cualquier emoción por la nunca bien ponderada desesperación existencial, me sirvo una taza de café que ya no hace tilín dada la habituación y resuelvo los puzzles que aparecen en los diarios que recibo gratuitamente todas las mañanas.
No digo que siempre resulte, sólo digo que intento tener una estrategia de afrontamiento mientras... mientras.
Ni gota de luz, ni oscura mariposa. Culebra retorcida, quizás al decir de Silvio: la mato y aparece una mayor. O sea que, al menos, se presenta de forma generativa, elevada a la ene potencia de lo que nunca podrá ser.
II
Ni gota de luz, ni oscura mariposa. Culebra retorcida, quizás. Iluminadora en el sentido más básico de la palabra, la imposibilidad toca a mi puerta, entra sin permiso, se instala --ya lo dije-- en el sofá más cómodo de mi guarida y deja que el resto haga lo suyo.
Yo, que tengo la antigua costumbre de llevarme ambas manos a las sienes apenas aparece en mi perspectiva, suspiro profundamente reemplazando cualquier emoción por la nunca bien ponderada desesperación existencial, me sirvo una taza de café que ya no hace tilín dada la habituación y resuelvo los puzzles que aparecen en los diarios que recibo gratuitamente todas las mañanas.
No digo que siempre resulte, sólo digo que intento tener una estrategia de afrontamiento mientras... mientras.
Ni gota de luz, ni oscura mariposa. Culebra retorcida, quizás al decir de Silvio: la mato y aparece una mayor. O sea que, al menos, se presenta de forma generativa, elevada a la ene potencia de lo que nunca podrá ser.
Los Imposibles. Abril-08 (y en re-construcción)