Ya has olvidado la noche de batallas
en que tu fortaleza fué tomada
y loca de derrota en las murallas
me decías aún no estoy saciada.
Ya has olvidado tu grito de campana
despertando a los curas de la aldea
para decirles, se han roto las ventanas
de mi casa, mi cuerpo y mis ideas.
Ya has olvidado el monte y las orgías
en nuestras juveniles escapadas
al lecho que la hoguera canavis envolvía.
Sí, ya sé que todo has olvidado
la vida lo mató con su realismo
y hoy caminamos, como cualquier soldado, estrujando otro día.
CALÍGULA
en que tu fortaleza fué tomada
y loca de derrota en las murallas
me decías aún no estoy saciada.
Ya has olvidado tu grito de campana
despertando a los curas de la aldea
para decirles, se han roto las ventanas
de mi casa, mi cuerpo y mis ideas.
Ya has olvidado el monte y las orgías
en nuestras juveniles escapadas
al lecho que la hoguera canavis envolvía.
Sí, ya sé que todo has olvidado
la vida lo mató con su realismo
y hoy caminamos, como cualquier soldado, estrujando otro día.
CALÍGULA